El
camino hacia la chamanería.
Desafortunadamente, en el
siglo que vivimos y a pesar de la divulgación de la ciencia desde edades
tempranas, muchos han emprendido el camino hacia la teoría del oscurantismo, el
conspirativismo y el rechazo a lo que durante miles de años ha demostrado
validez e impacto en nuestra esperanza de vida.
Antes del descubrimiento de
la penicilina morían millones de personas en el mundo de enfermedades curables
y prevenibles. Los chamanes de antaño se limitaban a invocar seres místicos y a
usar una especie de remilgo, que sin dudar de algún principio activo curativo,
no ofrecía la solución defintiva ni la curación.
Con el paso del tiempo,
estos chamanes, fueron evolucionando y coleccionando adeptos y así se fue
desarrollando lo que algunos llaman “medicina alternativa o medicina
complementaria”. En cada página de pseudociencia, en cada blog y en cada
intento de imponer una forma de pensamiento absolutista y sectaria, al final
siempre aparece una cesta de compra para que paséis por caja.
Así define la RAE al “chamán”:
“Hombre que en algunas culturas hace predicciones, invoca a los espíritus
y ejerce prácticas curativas utilizando poderes ocultos y productos naturales;
también suele aconsejar y orientar a las personas que acuden a consultarle”.
Así lo defino yo: “persona que usando algún poder de convicción actúa en
contra del método científico y expone a su interlocutor a serios daños para su
salud”.
La “chamanería” moderna ha usado varias teorías irrelevantes, basadas en
la mentira, la manipulación y la falta de rigor científico. No hay ningún
estudio científico que demuestre la validez de ninguna se sus afirmaciones, no
existe ningún ensayo clínico para los preparados (llamarlos medicamentos sería
muy exagerado) que demuestre su eficacia o efectividad.
Todo lo que dicen, escriben o divulgan es MENTIRA y me duele admitir que
ellos han llegado hasta aquí por nuestro egoísmo, nuestra falta de empatía y
porque no hemos sido capaces de divulgar el método científico, la cultura de la
información basada en la evidencia y las verdades sobre sus teorías absurdas y
peligrosas para la salud.
Hemos dejado demasiado terreno libre, somos permisivos y tolerantes,
somos muy blandos a la hora de asumir posturas científicamente probadas. La
aplicación del método científico es mejorable, se basa en el principio “prueba
y error”; pero su eficacia no es discutible.
El empleo de las pseudoterapia, además del profundo abismo económico que
supone para las personas que creen en ella, ha dejado un grupo de enfermos muy
vulnerables a sus efectos adversos. El espectro de enfermedades contra las
cuales se han cebado estos “chamanes” es muy amplio, recordemos algunas:
- ·
Autismo
(trastornos del espectro autista)
- ·
Cáncer (en
todas sus manifestaciones)
- ·
VIH/SIDA.
- ·
Fibromialgia y
Síndrome de Fatiga Crónica.
- ·
Vacunación en
general.
- ·
Enfermedades
neurodegenerativas (Demencia Senil, Enfermedad de Parkinson)
- ·
Depresión,
ansiedad y trastornos adaptativos.
- ·
Enfermedades
raras.
El pseudocientífico siempre se hace un traje a medida, se cumplen
criterios que podríamos usar como diagnósticos:
- Persona sin formación
científica ni académica para el tipo de “terapia” que ofrece.
- Poder de
convencimiento tras enarbolar los daños de la ciencia moderna y sus teorías de
la conspiración farmacéutica global.
- El uso de
excusas basadas en la “poca credibilidad” de los médicos modernos o nuestra
adherencia ciega a las leyes de las grandes farmacéuticas, desconociendo nuestro
código deontológico y el lex artis.
- Todos los
resultados que obtienen son anecdóticos, jamás ofrecen (ni podrán) estudios
científicos que lo avalen.
- Todo lo que
ofrece tiene un precio más caro que cualquier terapia o tratamiento
científicamente demostrado.
- Todos tienen
un único objetivo: ganar dinero con la incertidumbre y la desesperación ajena.
Un pseudocientífico es un criminal en ciernes, alguien que juega con las
únicas probabilidades de supervivencia de miles de personas enfermas, alguien
que sin escrúpulos vende curas milagrosas a pesar de no saber si realmente
curan.
Algunos de los mitos que enarbolan como banderas de curación, sin
evidencia científica, vamos a desmontar hoy una de ellas: el MMS, MMS2 y sus
acólitos.
El MMS (siglas en inglés): “El
Suplemento mineral milagroso (SMM), a menudo llamado solución mineral milagrosa
o solución mineral maestra, es una solución acuosa de 28 % de clorito de
sodio (NaClO2). Es muy similar a la lejía industrial,
que contiene hipoclorito de sodio”. Es evidente que el consumo de lejía industrial, lejos de ayudar,
podría empeorar. La AEMPS (Agencia Española del Medicamento) suspendió su
comercialización en el año 2010.
La unión de este preparado con algún ácido débil (ácido cítrico) se
transforma de dióxido de cloro (CLO2) que ingerido en forma de gas puede ser
devastador, no curativo. “El dióxido de cloro estabilizado se
utiliza para esterilizar los hospitales y mataderos, para desinfección de
torres de refrigeración, para tratamiento de aguas potables,…, y es muy
efectivo porque es muy tóxico. El propio término “esterilización” implica
matarlo todo. Y a la hora de esterilizar el dióxido de cloro es realmente bueno.”
Desafortunadamente los defensores de este método lo han propuesto como
alternativa curativa al “autismo” y las dosis que proponen se extralimitan en
toxicidad.
Definen en un comunicado desde la Confederación de Autismo de España: “el autismo es un trastorno de base
neurobiológica que, a día de hoy, no
tiene cura y que los únicos abordajes e intervenciones recomendados a nivel
nacional e internacional para el tratamiento del TEA son de carácter
psicoeducativo, orientados a potenciar
puntos fuertes y a proporcionar apoyos que favorezcan el desarrollo personal,
la inclusión social y la calidad de vida de las personas con TEA y de sus
familias”
El protocolo de aplicación inicial recomienda tomar hasta 60 gotas
diarias (por cada 20 gotas hay un gramo del principio activo) que equivalen a
ingerir 3 gramos del cualquier limpiador de casa. Esta cantidad puede producir
náuseas, vómitos, heces con sangre, dolor abdominal, visión borrosa como
efectos adversos y no de curación. Esta cantidad representa el 20% de la dosis
tóxica letal.
Las caras más visibles de esta farsa son personajes de fama mundial que
recaudan muchos “miles de euros” en cada conferencia que imparten y potencian
el consumo de este producto, ilegal en cientos de países por sus efectos
adversos y su nulo poder de curación.
Y por último una reflexión muy interesante: “Si usted consume un fármaco y le
produce un efecto adverso podrá demandar al médico o a la farmacéutica o a los
dos, y tras ellos hay seguros de responsabilidad, etc.,…, gane o pierda sabe
contra quien va a actuar. En el caso del MMS usted no tiene muchas alternativas”.
La única alternativa a este tipo de terapias es la verdad del método
científico y me he propuesto desmontar las teorías conspiranoicas y las
supuestas ventajas de tanto chamán sin escrúpulos.
En la próxima entrada hablaremos del reiki y la acupuntura.