lunes, 15 de octubre de 2018

El camino hacia la chamanería.

Desafortunadamente, en el siglo que vivimos y a pesar de la divulgación de la ciencia desde edades tempranas, muchos han emprendido el camino hacia la teoría del oscurantismo, el conspirativismo y el rechazo a lo que durante miles de años ha demostrado validez e impacto en nuestra esperanza de vida.

Antes del descubrimiento de la penicilina morían millones de personas en el mundo de enfermedades curables y prevenibles. Los chamanes de antaño se limitaban a invocar seres místicos y a usar una especie de remilgo, que sin dudar de algún principio activo curativo, no ofrecía la solución defintiva ni la curación.

Con el paso del tiempo, estos chamanes, fueron evolucionando y coleccionando adeptos y así se fue desarrollando lo que algunos llaman “medicina alternativa o medicina complementaria”. En cada página de pseudociencia, en cada blog y en cada intento de imponer una forma de pensamiento absolutista y sectaria, al final siempre aparece una cesta de compra para que paséis por caja.

Así define la RAE al “chamán”: “Hombre que en algunas culturas hace predicciones, invoca a los espíritus y ejerce prácticas curativas utilizando poderes ocultos y productos naturales; también suele aconsejar y orientar a las personas que acuden a consultarle”.

Así lo defino yo: “persona que usando algún poder de convicción actúa en contra del método científico y expone a su interlocutor a serios daños para su salud”.

La “chamanería” moderna ha usado varias teorías irrelevantes, basadas en la mentira, la manipulación y la falta de rigor científico. No hay ningún estudio científico que demuestre la validez de ninguna se sus afirmaciones, no existe ningún ensayo clínico para los preparados (llamarlos medicamentos sería muy exagerado) que demuestre su eficacia o efectividad.

Todo lo que dicen, escriben o divulgan es MENTIRA y me duele admitir que ellos han llegado hasta aquí por nuestro egoísmo, nuestra falta de empatía y porque no hemos sido capaces de divulgar el método científico, la cultura de la información basada en la evidencia y las verdades sobre sus teorías absurdas y peligrosas para la salud.

Hemos dejado demasiado terreno libre, somos permisivos y tolerantes, somos muy blandos a la hora de asumir posturas científicamente probadas. La aplicación del método científico es mejorable, se basa en el principio “prueba y error”; pero su eficacia no es discutible.

El empleo de las pseudoterapia, además del profundo abismo económico que supone para las personas que creen en ella, ha dejado un grupo de enfermos muy vulnerables a sus efectos adversos. El espectro de enfermedades contra las cuales se han cebado estos “chamanes” es muy amplio, recordemos algunas:

  • ·         Autismo (trastornos del espectro autista)
  • ·         Cáncer (en todas sus manifestaciones)
  • ·         VIH/SIDA.
  • ·         Fibromialgia y Síndrome de Fatiga Crónica.
  • ·         Vacunación en general.
  • ·         Enfermedades neurodegenerativas (Demencia Senil, Enfermedad de Parkinson)
  • ·         Depresión, ansiedad y trastornos adaptativos.
  • ·         Enfermedades raras.

El pseudocientífico siempre se hace un traje a medida, se cumplen criterios que podríamos usar como diagnósticos:
  • Persona sin formación científica ni académica para el tipo de “terapia” que ofrece.
  • Poder de convencimiento tras enarbolar los daños de la ciencia moderna y sus teorías de la conspiración farmacéutica global.
  • El uso de excusas basadas en la “poca credibilidad” de los médicos modernos o nuestra adherencia ciega a las leyes de las grandes farmacéuticas, desconociendo nuestro código deontológico y el lex artis.
  • Todos los resultados que obtienen son anecdóticos, jamás ofrecen (ni podrán) estudios científicos que lo avalen.
  • Todo lo que ofrece tiene un precio más caro que cualquier terapia o tratamiento científicamente demostrado.
  • Todos tienen un único objetivo: ganar dinero con la incertidumbre y la desesperación ajena.
Un pseudocientífico es un criminal en ciernes, alguien que juega con las únicas probabilidades de supervivencia de miles de personas enfermas, alguien que sin escrúpulos vende curas milagrosas a pesar de no saber si realmente curan.

Algunos de los mitos que enarbolan como banderas de curación, sin evidencia científica, vamos a desmontar hoy una de ellas: el MMS, MMS2 y sus acólitos.

El MMS (siglas en inglés): “El Suplemento mineral milagroso (SMM), a menudo llamado solución mineral milagrosa o solución mineral maestra,​ es una solución acuosa de 28 %​ de clorito de sodio (NaClO2). Es muy similar a la lejía industrial, que contiene hipoclorito de sodio”. Es evidente que el consumo de lejía industrial, lejos de ayudar, podría empeorar. La AEMPS (Agencia Española del Medicamento) suspendió su comercialización en el año 2010.

La unión de este preparado con algún ácido débil (ácido cítrico) se transforma de dióxido de cloro (CLO2) que ingerido en forma de gas puede ser devastador, no curativo. “El dióxido de cloro estabilizado se utiliza para esterilizar los hospitales y mataderos, para desinfección de torres de refrigeración, para tratamiento de aguas potables,…, y es muy efectivo porque es muy tóxico. El propio término “esterilización” implica matarlo todo. Y a la hora de esterilizar el dióxido de cloro es realmente bueno.”

Desafortunadamente los defensores de este método lo han propuesto como alternativa curativa al “autismo” y las dosis que proponen se extralimitan en toxicidad.

Definen en un comunicado desde la Confederación de Autismo de España: “el autismo es un trastorno de base neurobiológica que, a día de hoy, no tiene cura y que los únicos abordajes e intervenciones recomendados a nivel nacional e internacional para el tratamiento del TEA son de carácter psicoeducativo, orientados a potenciar puntos fuertes y a proporcionar apoyos que favorezcan el desarrollo personal, la inclusión social y la calidad de vida de las personas con TEA y de sus familias”

El protocolo de aplicación inicial recomienda tomar hasta 60 gotas diarias (por cada 20 gotas hay un gramo del principio activo) que equivalen a ingerir 3 gramos del cualquier limpiador de casa. Esta cantidad puede producir náuseas, vómitos, heces con sangre, dolor abdominal, visión borrosa como efectos adversos y no de curación. Esta cantidad representa el 20% de la dosis tóxica letal.

Las caras más visibles de esta farsa son personajes de fama mundial que recaudan muchos “miles de euros” en cada conferencia que imparten y potencian el consumo de este producto, ilegal en cientos de países por sus efectos adversos y su nulo poder de curación.

Y por último una reflexión muy interesante: “Si usted consume un fármaco y le produce un efecto adverso podrá demandar al médico o a la farmacéutica o a los dos, y tras ellos hay seguros de responsabilidad, etc.,…, gane o pierda sabe contra quien va a actuar. En el caso del MMS usted no tiene muchas alternativas”.

La única alternativa a este tipo de terapias es la verdad del método científico y me he propuesto desmontar las teorías conspiranoicas y las supuestas ventajas de tanto chamán sin escrúpulos.

 En la próxima entrada hablaremos del reiki y la acupuntura.